Consecuencias demográficas:
El coste demográfico de la guerra y la posguerra se estima en quinientos mil muertos. A ello habría que añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población joven. El aumento de la mortalidad y el descenso de la natalidad marcaron la pirámide de población durante generaciones.
Cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte del dictador en 1975.
Este exilio supuso una importante pérdida demográfica para el país: una población joven y activa, que incluía a gran parte de los sectores más preparados del país: las elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata.
Consecuencias económicas:
La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato revela su magnitud: la renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950.
Destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria.
 |
Belchite como ejemplo de la destrucción de la guerra |
Destrucción de viviendas, se calculan en unas doscientas cincuenta mil, comunicaciones, infraestructuras...
materiales (destrucción de las ciudades la estructura económica el patrimonio artístico)
 |
Madrid. |
Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España, usadas por el gobierno de la República para pagar la ayuda soviética.
Consecuencias culturales.
Los intelectuales de la denominada Edad de Plata de las letras y ciencias españolas sufrieron la represión de ambas zonas -mantenida por los vencedores con mayor o menor intensidad durante todo el franquismo y el exilio republicano, y que se perpetuaron mucho más allá de la prolongada posguerra, incluyendo la excepcionalidad del mantenimiento del régimen de Franco hasta 1975.
No hay comentarios:
Publicar un comentario