Los intelectuales que no aceptaron los principios en que se basó Franco optaron por un exilio interior y exterior , por lo tanto perjudicó a los intelectuales y al país .Esa época también conocida como <<La edad de plata>> y este acontecimiento marco toda la segunda mitad del siglo XX y aun la sociedad española no a conseguido reponerse .y los que no tuvieron la oportunidad de marcha al exilio fueron objeto de la despiadada represión y los que permanecieron en el país y lograron escapar del pelotón de fusilamiento y sobre vivieron en los campos de concentración fueron condenados a un exilio interior y expulsados de sus cátedras y de la universidad, sus carreras científicas fueron destruidas, condenados al silencio y separados de sus familiares . Los que pudieron retornar tras el fin de la guerra civil no escaparon de la iras y la venganza de los vencedores, algunos fueron a parar a las cárceles franquistas, los más fueron sometidos al proceso de depuración y expulsados definitivamente de la universidad. Vidas y carreras científicas fueron laminadas sin piedad, su coste personal fue trágico, mayor aún fue el coste para la sociedad española, las ciencias biomédicas, la física, la química, las ciencias biológicas sufrieron un golpe mortal del que no pudieron recuperarse en los siguientes cincuenta años fue un golpe muy fuerte para los españoles que dejo marcado sus vidas por completo.
Eran hombres de todo pelaje y de ocupación que se habían escondidos en lugares inverosímiles durante años y también aquellos que se quedaron o retornaron a España tras la finalización de la guerra civil. Numerosos científicos y universitarios fueron expulsados de sus cátedras y puestos como profesores universitarios, mediante los infames expedientes de depuración, iniciando un doloroso exilio interior, en el que quedaron desbaratadas sus carreras científicas. Otros tuvieron peor suerte, al ser fusilados como : Roberto Araujo García, catedrático de Análisis Matemático de la Universidad de Valencia . La depuración y expulsión de sus cátedras y de la universidad afectó a numerosos científicos e intelectuales que permanecieron en España escondidos o regresaron al poco de finalizar la guerra. De los 487 catedráticos no jubilados de 1935 159 se encontraban excluidos de la universidad el 1 de febrero de 1945, entre los que se incluyen los que marcharon al exilio y los fallecidos o fusilados durante la guerra civil.
